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Investigación pericial de indicios biológicos

Brian Emmanuel Morilla

Técnico en papiloscopía, técnico en Balistica, estudiante de licenciatura en criminalística

 

La Biología Forense desde sus inicios tuvo como ámbito de desarrollo la Medicina Legal y la Antropología Forense, pero a partir del siglo XX con la implementación del análisis de ADN para la identificación de personas se le han ido sumado nuevas disciplinas de acuerdo a las demandas periciales, desde la hematología forense, la espermatologia, la entomología forense, hasta la botánica forense, entre otras. (Fisher, 2019)

Toda evidencia biológica tiene sus limitaciones al mismo tiempo que resulta de máxima utilidad para resolver interrogantes cuando las circunstancias de una muerte son sospechosas, cuando se cuestiona si restos encontrados son de naturaleza humana, en caso de serlo se podrían develar otras dudas como la identidad de la víctima, causa de muerte, cuando y donde se produjo el deceso, y finalmente quien fue el responsable.

Aclaración: para la Criminalística tanto el indicio como el vestigio será “todo aquel material que se percibe con los sentidos y que tiene relación con un probable hecho delictuoso.” y para que este sea considerado como evidencia “debe indicar una certeza innegable y que no se puede dudar. Por lo tanto, podríamos decir que un indicio o vestigio biológico se transforma en evidencia después de su análisis, pues es el resultado de este el que indicará la certeza de que aquel indicio colectado en la escena criminal corresponde al hecho o no.” (Ayón, M. R, 2019).

Si bien cada estado, generalmente, cuenta con un protocolo de acción para la búsqueda, colecta y envío de muestras al laboratorio de acuerdo con lo que dictan los códigos procesales penales de cada jurisdicción, de ellos dependerá el éxito del análisis y su valor de evidencia al indicio biológico.

Cada indicio se tratará de distinta forma de acuerdo con sus características. Uno de los principales criterios, según el manual de Biología Forense de Ayón (2019), es que el indicio más frágil o plausible de contaminación será el primero en ser recolectado.

Se indagará en todos aquellos lugares donde puedan quedar restos, incluso aunque se hubieran intentado eliminar limpiando la escena (las zonas de unión de las baldosas de suelo y paredes, la unión entre la hoja y el mango en un cuchillo, debajo de las uñas de la víctima o agresor, la ropa íntima si se sospecha delito de connotación sexual, entre otros).

Al momento de recolectar indicios biológicos, el perito debe asegurar su preservación utilizando sobres de papel en lugar de bolsas, ya que el plástico o los recipientes herméticamente cerrados pueden crear condiciones de anaerobiosis que favorecen la putrefacción de las muestras y el crecimiento de hongos.

Todas las muestras recogidas en la inspección ocular deberán contar con su correspondiente acta de incautación que conste de su descripción, en qué lugar se hallaron, en qué condiciones y a que laboratorio serán enviadas. Esta acta a modo de cadena de custodia acreditará y acompañará el tránsito de dichas muestras (recolección, transporte, resguardo, análisis y devolución). (Torales, 2014)

El cumplimiento de esta cadena de custodia de la evidencia biológica es crucial ya que el mínimo vulneramiento u omisión de los requisitos legales y científicos estas pruebas carecerán de validez ante un juicio.

Recordar: si la muestra no está bien colectada puede perder propiedades biológicas a peritar, si no está bien resguardada es susceptible de contaminación y si la cadena de custodia no está documentada su origen será cuestionado.

Como perito de laboratorio uno debe asegurarse del estado en que recibe los indicios, por lo que se recomienda tomar fotografías antes de proceder al análisis, para luego identificar, numerar y describir los elementos a analizar.

Importante: Todo elemento de origen biológico debe ser manipulado en condiciones de esterilidad con el fin de evitar tanto la contaminación de las muestras como de prevalecer la salud e integridad del investigador ante posibles agentes patógenos. Por ello, es recomendable: utilizar guantes nuevos, cofia, barbijos y no hablar encima de las muestras; limpiar y esterilizar todo el material que se reutiliza durante la toma de muestras (pinzas, abrochadores, cascos, etc.); Embalar las muestras en material limpio o estéril; prohibir comer, beber o fumar durante cualquier etapa del proceso. (Ayón, 2019)

A modo de conclusión: Para poder realizar de una forma adecuada una pericia biológica es imprescindible contar con los medios materiales y humanos para realizar los procesos necesarios de manera óptima siguiendo las recomendaciones establecidas, capacitando a los profesionales y técnicos para fomentar no solo el aprendizaje sino también el intercambio de opiniones y conocer como es la labor de cada área o disciplina que componen las ciencias forenses porque como peritos auxiliares de la justicia el fin siempre será el mismo: conocer la verdad de los hechos.


Referencias

  • Ayón, M. R, “Biología Forense “, María Rosana Ayón. - 1a ed. - Tucumán : Fundación Miguel Lillo, 2019. Libro digital, PDF

  • Torales, E. E., “Manual de procedimiento para la preservación del lugar del hecho

  • y la escena del crimen : Programa Nacional de Criminalística” - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires

  • Fisher, Barry A. J.; Fisher, David R. (2012). Techniques of Crime SceneInvestigation. Boca Raton, Florida: CRC Press. ISBN 978-1-4398-1005-7.

  • Imágenes: Shutterstock y edición propia en PicsArt.

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